APRENDER DE LAS MUJERES


DOMINACIÓN Y LIBERACIÓN DE LA MUJER




Por Manuel Cuipa Chancahuña


Hay un dicho que dice: "detrás de un gran hombre hay una gran mujer" –eso detrás, equivale a inferior o menosprecio implícito–, sin embargo, hay otro que reza: «al costado de un gran hombre hay una gran mujer», eso equivale a una especie de tú a tú, complementarios. 
    Nosotros en nombre de nuestras madres, añadimos: «delante de un gran hombre hay una gran mujer», porque primero para empezar una mujer nos ha cobijado en su vientre y quizás desde ahí está por delantera las mujeres: nuestras madres. Creemos que un mundo mejor, más justo y más humano se germina desde la matriz de nuestras Madres –si es que tuvimos así con mayúscula–, que nos enseñó desde muy temprano con su ejemplo, aún siendo humilde y vulnerable ella, pero firme con sus valores y principios: estar de lado de la verdad, el sacrificio y el bien.
   



1. Ideología (religión) cristiana contra la mujer

Se ha dicho, que supuestamente las propias madres son las que engendran machismo en sus hijos varones. Eso es algo discutible creo; sin embargo, cuando se trata de países "subdesarrollados" como el nuestro, o sociedades de marcada influenciada por la cultura juedocristiana, es posible esa interiorizacón en las madres y la exteriorización hacia los hijos. Donde Eva es una simple costilla y culpable de todo, y Adán es la cabeza o el "jefe" del hogar. "Porque así lo dijo Dios" y "Asi dice la Biblia".

   Posiblemente es "verdad" que las madres (mujeres) influyen mucho en sus hijos, pero, ¿quién influye a las madres y a las mujeres? La sociedad y sus aparatos de poder, es decir, en términos marxistas: la base económica o material –estructura– y luego la subjetividad cultural o espiritual (religión) –superestructura–. Tiempos atrás nuestros abuelos —en los Andes– no mandaban a sus hijas a la escuela, porque creían que «van a estudiar para servir a su marido y no servirse ella misma». El pensamiento de los abuelos estaba equivocado, sobre todo estaba direccionado por el orden del discurso de la sociedad de rezago colonial, "civilizada" y católica que ponía en segundo plano el derecho de las mujeres, y ese mismo reflejo de superioridad se proyectaba en las capas subordinadas de la sociedad. Siempre nos hemos preguntado, por qué la Biblia desde el libro Génesis juzgaba a las mujeres: Eva como la culpable del pecado original y Adán es casi ajeno e inocente. 
    
    Recordemos que en algunos de sus capítulos del Antiguo Testamento glorificaba, por ejemplo, la poligamia para los varones: Isaac, Abraham, Salomón, etcétera podían poseer sus "esclavas" o concubinas después de la "mujer oficial"; sin embargo, con castigo rigor  se imponía la monogamia estricta a las mujeres. Y en el Nuevo y Antiguo Testamento de la Biblia, la condena a la mujer es explícita y apologética casi a usar la violencia. Veamos en dos ejemplos o citas textuales: «Si una mujer se casa sin ser virgen, morirá apedreada ...» (Deuteronomio 22: 20 y 21). Otra más «La mujer, que aprenda con sosiego y con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe ni que suplante la autoridad del varón...»  (Timoteo I, 2: 11). La pregunta es, ¿vale la pena discutir el feminicidio actual sin criticar rotundamente la base ideológica de la religión crisitiana?




2. Ideología del mercado contra la mujer


De alguna forma el machismo ramplón tiene su estructura mental que se sustenta en la religión, como una cultura y mandato divino. Un rezago del pensamiento Torquemada medieval hasta el actual cardenal Luis Cipriani, sin duda. Pero también nos surge otra pregunta, ¿qué hacer si el homicida tiene doctorado, MBA, además es ateo e ilustrado? No vayamos a pensar que sólo la gente marginal e ignorantes cometen la violencia hacia sus parejas y mujeres. No, aquí hay desde profesionales acartonados hasta ministros y jefes de Estado. ¿Se acuerdan de Alberto Fujimori electrocutando a su esposa Susana Higuchi?

    Ensayemos sobre la violencia ejercida de los "ilustrados". «Quién no tiene ética -dice Hildebrandt y suscribo- no puede amar lo bello ni lo justo». Tener MBA y el doctorado sin ética acaba en el futuro como ladrón del Estado o testaferro de alguna multinacional; es decir, el conocimiento sin ética tiene valor nulo y consecuencia delincuencial. Y el uso de poder desemboca en abuso cobarde. 
Según Michel Foucault "hay poder en todas las relaciones humanas e instituciones", el poder del varón sobre la mujer, del adulto sobre los niños, del clero sobre sus fieles, del maestro sobre sus alumnos, del general sobre sus soldados, etcétera. Podríamos decir en este caso,  el varón quién tiene ese poder (físico o fuerza). El tema de poder es amplio será para otro análisis, pero está relacionado con el sistema imperante. 

   Recordemos el poder de la subjetividad capitalista (mercantil) contra la mujer, por ejemplo, es violenta porque cosifica a la mujer como objeto de uso, abuso: un mercado sexual. Naturaliza como norma activa para fines del marketing, del "libre mercado" la mercacía mujer. No en balde el cantante Maluma o Daddy Yanqui están de moda, vivito y "perreando" con mensajes sexistas contra la mujer. Prácticas como estas, es la fuente que alimenta la subjetividad (forma de pensar) machista a un amplio sector de la población que denigra a las mujeres. Y las mismas mujeres, a veces, acatan su condición denigrada. El intermediario de este vil negocio, es el poder mediático, portavoz y altavoz del sistema, cual oferta y demanda es el cuerpo de la mujer en los medios. Según el filósofo José Pablo Feinmann: es “La dictadura de la culocracia" que mediatiza e idiotiza a medio mundo de cuasi canes-humanos que babeamos cual perritos de Pavlov en este gran laboratorio neoliberal, donde la mujer es objeto sexual y sin más. Es decir, los medios de comunicación son primeros en denigrar y violentar a la mujer de manera más pública y masiva. Y, las consecuencias son de orden infinito: desde el acoso "ilustre" en las universidades hasta el callejero vulgar de los proletariados. Los medios que bombardean tienen efectos, que se expresan en actos lumpen, lenguajes y fetiches.

    Bajo esa lógica (mercantil), la exclusividad de la mujer vale por el rabo rimbombante, y no por lo que piensa, siente o actúa. La dignidad, ética, la inteligencia y hasta la estética de las mujeres es rebajada solo para los bajos instintos por la carroña mediática del mercado. Y luego tenemos así, las Miss Colita, El baile del tubo... En ese submundo la aspiración de todas las adolescentes es al mundo del modelaje, hay demanda de operaciones de senos e implantes de seliconas, negocio redondo. Bajo esas ruinas se crean patrones de belleza, desde los programas miserables o reality show, páginas enteras de contratapa en revistas y periódicos que  muestran solo el valor sexual de las mujeres. La pregunta es, ¿vale la pena discutir el feminicidio actual sin criticar rotundamente la base ideológica del sistema capiatalista (neolibera)?


 

3. Ideología del género contra la mujer


Para enfrentar con profundidad la violencia contra la mujer hace falta un análisis más completo y amplio. Porque solo se ha visto desde la dualidad mujeres contra varones como una guerra de géneros. Eso es naturalizar y esencializar a los varones y a las mujeres.
  No hay un ser esencialmente feminicida de los varones, no hay un ser innato de violencia en los varones. Creer eso es no entender la antropología humana. Tengo entonces mi discrepancia con algunos movimientos feministas de corte oenegistas, feministas que olvidan la clase y abordan el problema desde ese dualismo genérico. 

    Pareciera que entienden su lucha en clave biologicista o de género, sin hacer observación más sistemática a todos los aspectos estructurales (base material) y supraestructurales (base cultural). Porque si me dicen "mujer" siempre buena y "varón" siempre malo, no me imagino a la "mujer buena" de Margaret Thatcher con todo su poder y abuso! No me imagino a mi abuela Gumercinda (mujer quechua, analfabeta y pobre) tan "igual" a la Margareth Tatcher (mujer blanca, poderosa y capitalisa). "Igualdad", de qué igualdad me hablan. "Feminismo", de qué feminismo me hablan. ¿Es igual el feminismo de Christine Lagarde al de Magaly Solier? ¿El feminismo de Ángela Merkel se parece en algo al feminismo de Máxima Acuña? 

Entonces, cuidado. Aquí no se trata de lucha de géneros a per se o guerra dualista «machos versus hembras». Ese feminismo al final de cuentas es a penas una distracción del "orden" estructural capitalista. Y no soluciona el verdadero problema contra la violencia y dominación de todas las mujeres, especialmente de las más vulnerables (del pueblo y de las capas más humildes). E
se orden económico (estructural) que muchas mujeres del poder jefaturan y mantienen: Thatcher, Merkel o Lagarde. ¿Acaso a ellas les interesa la liberación de mi abuela Gumercinda o de las mujeres de las calles del barrio y pueblos rurales? 
    No me imagino viable el refrán feminista: "solo las mujeres salvan a otras mujeres". ¿Han visto ustedes a las Keiko Fujimori, Martha Mier Miró Quesada, Mercedes Araóz y Cecilia Blume, liberando, "salvando" a las Máxima Acuña, a Magaly Solier o a Hilaria Supas? ¿Solo las mujeres salvan a las mujeres?


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