EL MARXISMO VULGAR
LA SAGRADA AMISTAD
Este escrito es una respuesta al cohorte de “camaradas” del marxismo recetario y los revolucionarios del wasap. Me refiero a tres militantes, activistas y rezagos de la vieja izquierda de los años 70-90: don Alfredo Solórzano, Mario Vicencio y Rolando Oscco [1]. Donde en los intercambios de opiniones en las redes sociales de larga data (grupo de wasap), tuvimos controversias importantes. De mi parte, porque los veo en ellos un activismo si bien desde una posición de izquierda, pero de una izquierda de manual y repetidora de la vulgata marxista.[2] Y siendo así aducen encarnar «la correcta posición de clase», «proletarios de la praxis revolucionaria», aplicados del «materialismo dialéctico», del «materialismo histórico», referentes de la «lucha de clases» y de todos los cánones posibles del empirismo-práctico del marxismo. ¡Qué privilegiados, ellos! Dado que el resto o mi persona, por recomendar lecturas actuales, sugerir más preparación teórica y reflexiones, antes que repeticiones simplificadas del marxismo, es señalado como un "pequeño burgues», «idealista», «payaso», «revisionista», «intelectualoide», «soplón», «reaccionario», «teórico», «abstracto», «yana uma», «fascista», «ratón de biblioteca» y así toda una infinidad de adjetivos [3]. Ciertamente, estos ataques ad hominem (falacias contra la persona) son como una afrenta contra las armas teóricas-críticas (4) que deben tener todos los hijos del pueblo, para justamente no repetir las burradas de Castillo [5]. Ustedes, estimados lectores, no recelen a ningún ataque y rebuzno de los prácticos. Porque el poder dominante más ha temido a las armas del conocimiento que a la practicidad de sus súbditos. Es un hecho, que no hay "practica revolucionaria, sin teoria revolucionaria [6].
Ahora bien, solo esperamos que estos “marxistas” sean coherentes el “materialismo histórico”, “materialismo dialéctico” y “la dictadura del proletariado” en las épocas electorales [7]. Allí queremos ver resaltado “la práctica como criterio de la verdad”. Es decir, o coherencia o fanfarronería. Porque sería muy penoso que nuestros “dialécticos” y “materialistas” claudiquen sus proclamas “revolucionarias” con las fanfarrias electoralistas. Señalamos esto, porque ya conocemos a estos mismos "revolucionarios” sumergirse en el fango del oportunismo electorales. Es decir, ¿“marxistas” en el juego electoral burguesa? Si, «todo bien si nosotros participamos» dicen los "camaradas" obnubilados bajo el fetiche de la ánfora electoral. Aunque ellos a bocanadas malditas condenan ese acto de participación de los otros, pero no sus propios actos [8]. Supuestos “revolucionarios clasistas” alienados en las “elecciones (electorales )burguesas”. ¿Esto no es una tremenda contradicción? ¿Quiénes son los revisionistas y pequeños burgueses? ¿Es lucha de clases o conciliación de apetitos particulares? Lo que predican la teoría "marxista" como recetas infalibles no practican en los hechos.
Mucha gente activistas que se creen marxistas fueron parte o partícipes de las elecciones burguesas con Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Castillo. Aquí sí, más que nunca: "salvo el poder, todo es ilusión". Nos preguntamos, ¿acaso no harán lo mismo ahora con López Chau y otros candidatos similares? El tiempo nos lo dirá.
Aunque, no estaría mal que sean electoreros con "posición de clase" o sindicalistas electoreros como siempre lo fueron. Lo que les hace falta es la revisión teórica de sus acciones (pero la teoría les apesta). No estaría mal que los marxistas deban sincerarse ser parte del juego demoliberal [2], lo malo es que venden humo de "revolucionarios" netos, adalides "proletarios" y "marxistas" verdaderos. Todas esas auto denominaciones acaban cuando la campaña electoral les toca la puerta y allí se olvidan del "materialismo dialéctico e histórico", "del asambleísmo popular", de la "dictadura del proletariado", y de la mentada "lucha de clases". Son los típicos "revolucionarios" de panfleto y de arenga fácil. No es que tengan la convicción de transformar la realidad del sistema, sino ganarse alguito dentro de ella —parasitar, sobrevivir—. Y si las posibilidades se presentan ganarse sus frejoles por la vía electoral. Repito, no estaría mal su electorerismo, pero como "marxistas" que dicen ser, antes debiera plantearse , teorizar y sincerarse esta pregunta cardinal: ¿puede el marxismo ser parte del juego democrático y sus elecciones? [3] ¿Por qué no? ¿Por qué si? Para dar esas respuestas justamente se requieren armas teóricas solventes y re-visiones a su marxismo recetario y otros "ismos" que encarnan. Pero sabemos que no lo harán, y no lo hicieron, como siempre solo serán "prácticos" y "pragmáticos" con la oportunidad electoral. He ahí la decadencia y el uso oportunista de la figura y la teoría de Marx.
Siendo así, la línea demarcatoria está trazada, lo intuía hace tiempo nuestra incompatibilidad. Somos incompatibles. Allá los nostálgicos de la impronta en claves gonzalianas, pero a la vez negacionistas absolutos del mismo. Aquí no hay un aporte mutuo, no me sirven, señorxs "revolucionarios" y tampoco yo les sirvo para sus fines políticos: la repelencia es recíproca. Antes de esto, siempre he mantenido respeto y consideración pese a toda diferencia. Ahora no es posible. No hay aporte trascendente en sus fanfarreas "proletarias" hasta en la sopa, porque son incoherentes y de panfleto más básico y escolares. A la "la sagrada familia" les recordamos que el Muro de Berlín ya se cayó hace tiempo. Entonces mínimo era un balance crítico y justo. Sin renunciar su esencia, pero replantearse ideas, re-definir programas y sincerarse a la luz de estos tiempos. Pero ahora, electores en la práctica y a la vez marxistas "duros" en el discurso. Es una contradicción inviable como la mayoría de las izquierdas (post-Mariategui). Además, de dogmáticos a raja tabla.
Mi persona no soy dogmático en ese sentido, estudio desde la Biblia hasta la Evolución de Darwin. ¡No tengo problemas! Tampoco tengo un discurso único como de robot "clasista" y monotemático en la ideología. ¡Qué miseria y limitación ser así! En ese aspecto, apelo a los lectores, que hay maneras de reinventarse, de curarse incluso de los fantasmas y paranoias ideológicos [5]. Yo creo en la "libertad radical" a manera de Sartre sin negar la dialéctica de Marx. Dado que, hay opios y "opios intelectuales" como señala Raymond Aron y las "éticas de convicción" que expone Max Weber. Esos "opios" ideológicos y "convicciones" pétreos merecen ser re-visadas "para la salud del dogma" diría Mariátegui. Así, no hay por qué temer a la reinvención e innovación. Desde mi modesta posición, antes de conocer y reconocer a la "sagrada familia" a quién me dirijo, nunca he ocultado mi filiación política en Mariátegui y continuadores y mi identidad cultural en Arguedas y sus continuadores. Yo asumo abiertamente con todo el riesgo que esto implica, sin negar ni renegar de ellas: coherencia y consecuencia, se llama.
Asimismo, considero que hay tanta gente valiosa en diferentes campos y disciplinas que denominaré "los mejores": los imprescindibles para la construcción de un Perú mejor, construir una corriente nueva, crítica y emancipadora bajo sus aportes. Enumeraré a algunos para el caso peruano desde esa matriz inventiva: Política e Ideología (Mariátegui), identidad Cultural (Arguedas), Filosofía (Salazar y Zulen), Historia (Flores Galindo y Basadre), Economía (Figueroa y Alarco), Periodismo (Lévano y Hildebrandt), Antropología (Montoya y Degregori), lengua Quechua (Torero, Cerrón-Palomino y Zavala), Sociología (Quijano, Manrique y Rochabrún), Arqueología (Luis Guillermo Lumbreras y Ruth Shady) y entre otros.
Recoger los mejores aportes y conjugar en la interdisciplinariedad, estoy seguro que su resultado sería una teoría crítica netamente nacional: "creación heroica, sin calco ni copia". Esto significa básicamente la conjunción de la teoría Marx con la Andinidad, he ahí las dos matrices. Pero no con este "marxismo" de la triáda obtusa que nos bombardea don Alfredo, Mario y Rolando son imposibles. Porque son por una parte obtusas (monotemáticos) y por otra sin identidad (o en negación), y además desactualizadas. Una teoría sin coordenada en la actualidad no podrá dar respuestas actuales, porque están petrificados en el tiempo pasado y fiel a la receta de la dogma. ¿Qué nos pueden responder los "marxistas de recetario" sobre temas de la actualidad como Democracia, Elecciones, Emprendimiento, Libertad, Ecología, Feminismo, Colonialismo, Indigenismo, Capital/Inversión, Identidad Cultural, Modernidad, Ciencia, Tecnología, Seguridad, Comunidad, Poder, Trabajo Empresa? Solo la receta será en monólogo: ¡Lucha de clases! Nosotros creemos que las respuestas van más allá de una sola receta. Y por lo tanto, no hay porque evadir la teoría a la realidad concreta. De aquí y ahora.
Y finalmente, ¿qué decir a la gente que nos lee este mal espectáculo? Simplemente, pedir disculpas y decir que elijan siempre a los mejores referentes en cada campo de su vocación que tengan. El mio, es la pasión por las ciencias sociales y humanidades. Ya quisiera uno nutrirse totalmente bien para aportar un granito de arena "al Perú que amamos y sufrimos" como diría Arguedas. Ya quisiera uno dar respuestas fundamentadas contra la hegemonía liberal y neoliberales. Pero, estoy convencido, no basta la "posición de clase" e ideologías confesas. No bastan.
Entonces, sí considero necesario re-inventarse ideas y re-plantearse los marcos teóricos en todo sentido a la luz de los retos actuales (contemporáneos). Nutrirse de todas las disciplinas posibles y las mejores referencias. Para ello, también, es importante estar rodeado de las personas que nos suman, aportan y desafían. He aquí una vocación en el desafío de los mejores y desechando a los peores. Esta es mi pasión y "agonía" mariateguianas.
Manuel Cuipa
(12/05/25)
NOTAS:
1. Más allá de personas específicas y particulares, esto es una respuesta general a los activistas del recetario marxistas y panfletarios de izquierdas, que se consideran "hombres de acción, revolución" o de "posición de clase proletarias", que le dan más peso a su experiencia-práctica vulgatas que a la teoría, estudio y reflexión.
2. La vulgata marxista se le conoce al reduccionismo y simplificación del marxismo al determinismo economicista de la historia. Es decir, el factor económico (estructura) determinaría todo los otros campos (superestructura). Y aquí los obreros (proletariado) serían la clase trabajadora con intereses del bienestar social: homogéneos y la clase revolucionaria. ¿Cuánto de esto es verdadero a la luz de la actualidad, cuando el proletariado empelado es el 30% frente a un 30% desempleados y los otros 40% autoempleados?
3. Estos adjetivos de ninguneo y descalificación no es nada nuevo, ya en la época pasada los activistas de Sendero Luminoso antes de aniquilar a sus adversarios politocos los señalaban como "pequeño burgueses", "yana umas", "revisionistas". Al respecto Cesar Lévano (periodista) y Rodrigo Montoya (antropólgo) cuentan las peripecias que sufrían mientras ejercían docencia en la UNMSM, allí las huestes senderistas los denigraba, insultaba y amenzaba, a tal punto que los profesores hacian clases a la luz de las velas por los permanentes apagones. La vulgarización del marxismo viene con su repectivo lumpenización del debate politico. Pero en defensa propia los recetarios del marxismo clamarán en clave de víctimas: ¡"Esto es terruqueo"!
4.
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