HAY "ADIÓS" EN QUECHUA (MATICES)

EL QUECHUA Y LA RAZÓN INSTRUMENTAL OCCIDENTAL


Por Manuel Cuipa Chancahuaña 


1. Introducción

A propósito del si existe o no, el "adiós" en quechua. Respondemos que no existe un "adiós cortante" sino el de posibilidad de re-encuentro: el «tupananchiskama».

Asimismo, las otras formas de tupananchiskama (hasta volvernos a encontrar) son las siguientes expresiones quechuas de despedida (ch'iqinakuy):

Paqarinkama (hasta mañana), huk kutikama (hasta  otra vuelta), huk p'unchawkama (hasta otro día),  huk ratukama (hasta otro rato) y huk pachakama (hasta otro momento, hora...).

Estos son nuestros saludos de despedida más usuales y no son equivalentes a "chau" o "adiós" español, podría ser quizás similares el risaq (me voy), rillasaqña (me voy no más), aywa (me voy, quechua central), pero esos no son usuales en despedida quechuas (sureñas) de comunidades campesinas, excepto en casos extremos: finales (hasta nunca), en discusiones, ofensas o bromas, porque nadie podría responder a esas acepciones, así: ripuy (vaya), ripuyyari! (¡vaya pues!), ripullayña  (vaya nomás) serían –en caso de saludos de despedida– respuestas algo vulgares o faltas de respeto, aunque si se tratase en diálogos o discusiones "insalvables" la respuesta a risaq (me voy), sería ripuy, ripuyyarí y ripullayña, o más contundente lat'ay! o lat'ayyari! (¡vete!, ¡vete pues!, respectivamente). Sin embargo eso no es usual ni común en la despedida quechua, sino en casos excepcionales. Por tanto el tupananchiskama y derivados, sí significan o equivalen –en quechua– como hasta que nos volvamos a encontrar o vernos.  Así es (chaynam). 


2. Vigencia de la visión y cosmovisión “diferente”

La comunicación que aún sobrevive en los hablantes monolingües, en ellos quizás está la base del Allin Kawsay (Buen Vivir) y construcción de los Allin Runa [1], esto son los que se deben recuperar, reivindicar.  En la conversación anterior se nota la diferencia del quechuañol bilingüe muy individual ("lógica" Occidental) respecto del quechua monolingüe, visión-cosmovisión más de ayllu y reciprocidad (incluyente).

La diferencia en quechua está por ejemplo en la palabra y concepto de nosotros, en quechua hay un nosotros inclusivo (ñuqanchik) y nosotros exclusivo (ñuqayku), algo que en español no hay esa equivalencia (incluyente) sino simplemente el nosotros excluyente (ñuqayku) y ustedes excluyente (qamkuna). He ahí lo "diferente" o algo de diferente de nuestra lengua quechua, producto de la cultura y práxis quechuas.

Ya sé que que otros dirán eso es romantizar la lengua o un esencialismo quechua, etc. Esto me recuerda al debate de Mesa Redonda que tuvo Arguedas en 1965 (recordemos, el quechua fue su lengua materna). Acusaron a Arguedas de paternalista y desconocimiento de la realidad “objetiva" del mundo andino en su obra de Todas las sangres. A lo que Arguedas sólo pudo preguntarse: “¿He vivido en vano?” [2]. Ese nudo arguediano sigue vigente, cual colonialidad vargallosiana de “utopía arcaica” [3] hacia los quechuahablantes, a su lengua y cultura. Razón por la cual, son (y somos) los propios quechuas deben y debemos re-pensarnos, atrevernos a pensarnos: sapare aude desde del quechua y por quechuas.


3. La tensión del conocimiento

Aunque tupay [4] provenga del español verbo topar, es la gente quechua que la adoptó y quechuizó. Y literalmente tupananchiskama es «hasta que nos volvamos a ver o encontrarnos». ¿Para qué y cuándo se usan? Para despedidas, equivalentes a "adiós" o "chau" en español, pero en quechua ese  tupanchiskama no es cortante (no es chau y fuera, o chau hasta nunca) sino que próximo nos volvamos a encontrar. Ese tupanchiskama también es de uso más familiar (de confianza) y para tiempos regulares o largos. Para seguir corroborando "en quechua no existe adiós rotundo", podemos seguir enumerando (redundancia lo señalado al inicio) las otras formas de despedida: paqarinkama (hasta mañana), huk p'unchawkama (hasta otro día), huk kutikama (hasta la vuelta o hasta otra vez), huk pachakama (hasta otro momento u hora), huk ratukama (hasta otro rato), todos estos términos o (saludos) de despedida no hay un adiós rotundo y cortante sino posibilidad de re-encuentros. Y el tupananchiskama es el más usual y general. 

 Afirmar desde la lingüística (ciencia) o razón instrumental [5], bajo lógica de si en español u otras lenguas existe el adiós, por tanto en quechua también existe. Eso es desconocimiento de nuestra lengua y cultura quechua (incluso cultura andina): es conclusión unilateral.  Recordando la  lengua y cultura quechua no están separados de la praxis de sus hablantes y comunidades. Es decir, es mucho más que la estructura gramatical. La supervivencia del quechua históricamente no se debe a lo que digan o no digan las academias, y tratar de "esclarecer" desde la academia en algunas categorías (palabras y términos) parecen tratarse "uniformizar" equivalencia de significados al español u otras lenguas para tener validez en logos "verdad universal" de la ciencia. 

Los autores decoloniales nos enseña a preguntarnos sapere aude básico: ¿quién produce esos saberes (epistemes), desde dónde producen, para qué y cómo producen y reproducen? Las respuestas son en clave críticas contra a la razón instrumental –logos y ciencia Occidentales– y a plantearnos desde una coordenada geográfica o locus de enunciación. Aquí aún no han hablado comunidades campesinas ni quechuas monolingües.  

En ese sentido no creemos que sean "mitos" escencialistas y nostalgias paternalistas, cuando aún están vigentes en la actitud, cultura, práctica y trabajo cotidianos de los quechuas. A propósito mito que es contrario a logos, gente como Aníbal Quijano cuestiona la unilateralidad de la razón (logos), y más bien considera que hay una especie de tensión del conocimiento [6] entre el mito y logos. Mito como saberes y epistemes alternativos; logos como razón instrumental europea, orden del discurso y saber occidental. Y desde que Emmanuel Wallerstein y Michel Foucault diagnostican en El orden del discurso [7] y Las incertidumbres del saber [8], respectivamente; el conocimiento, la ciencia y la academia no son tabula rasa frente al poder. Porque el poder produce saberes, narrativas, epistemes, estructuras de relato. También se deben considerar estas premisas para abordar nuestra lengua quechua.


4. Consideraciones finales

Todo conocimiento es situado, en ese sentido es imprescindible preguntarse, ¿dónde y quiénes producen y reproducen esos conocimientos? Porque cada agente tienen determinados intereses con ropaje de objetividad o imparcialidad. Es lo que el filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez señalara como La hybris del punto cero [9] a la ilustración moderna (ciencia) y la academia, herederas de la colonialidad del poder (Quijano) ypor ende, depositarios de la colonialidad del saber [10]. Y la lingüística y otras disciplinas no están libres de este sesgo con legitimidad de "superioridad" y universalidad epistémicas.

 Para abordar nuestra lengua quechua consideramos hay tensión del conocimiento en la traducción, decodificación y hermenéutica de parte de los estudiosos quechuas (quienes no tuvieron como lengua materna al mismo). Y dicho esto, no pretendemos negar a la ciencia (lingüística) y tampoco negar la praxis / particularidad del quechua (su visión, cosmovisión y sus "epistemes alternativos").  Uniformizar y negar esas "particularidades" en nombre de la ciencia como "verdad" universal, es una especie de reincidencia de La controversia de Valladolid de los Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de Las Casas contemporáneos en torno al quechua de hoy, mientras los miles de qichwarunas (de lengua materna, monolingües y ágrafas) serían sólo espectadores pasivos, acríticos o cajas de resonancia de los paternalistas indigenistas y estudiosos quechuas.  Siendo quechuahablantes y quechuapensantes ponemos en tela de juicio a las conclusiones unilaterales u "objetivas" de la ciencia lingüísticas en clave estructuras y positivistas.

   A las lenguas negadas y culturas negadas, como las nuestras, si pretendemos  re-vitalizar el quechua de verdad, tal tarea no es como un "extra más" para la comunicación o una "yapa" para el vocabulario. No. La revitalización de la lengua y cultura quechuas es porque consideramos que dentro de ellas hay saberes distintos, racionalidades otras, lógicas y concepciones otras acerca del mundo y la realidad. Y ojo, no estamos afirmando que todas éstas sean buenas, pero hay muchas valiosas (categorías) que nos permitirán re-pensar nuestra realidad y aplicarlo para la construcción de una sociedad más inclusiva y democrática: construcción de un mundo mejor, ojalá. Los negados (nosotros), lo único vigente que tenemos para ese propósito son nuestras lenguas y sus categorías; sin embargo, distorsionar, uniformizar tales conceptos y significados serían como quitarnos nuestra racionalidad lógica y ontológica quechuas. 

Nuestra lengua y cultura (quechuas) son aún depositarios de importantes saberes e imprescindibles prácticas señalados como "buenas", "diferentes" y "alternativos", o mejor aún, complementarios. La razón quechua y su revitalización genuina se basan bajo estas premisas. Su aspiración más alta es para re-pensar y re-plantear nuestra realidad local y global con nuestras categorías propias. En conclusión, la lengua y cultura quechuas, reivindica (no niega) sus "diferencias" con otras lenguas,  afirmando su complementariedad epistémica con los saberes Occidentales y las nuestras, quechuas (andinas, indígenas y originarias). Aswanqa t'aqwiykuchkasunmi, qatipaykuchkasunmi (seguiremos investigando, indagando más).


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Notas:

1. Allin runa o allinruna es una categoría quechua de valoración ética a las personas en torno a su práctica moral, visión de justicia y equidad. Contrario al "mal" (millay runa o mana allin runa), lo negativo y dañino; allin runa es persona de bien, lo bueno, lo justo, lo correcto...

2. Rochabrún, G. (2011). «¿He vivido en vano?». La mesa redonda sobre 'Todas las sangres'. Lima: Instituto Estudios Peruanos.

3. Vargas Llosa, M. (1996). La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo. México: Fondo de Cultura Económica.

4.  Tupay en la aceptación quechua no sólo es encontrar, sinónimo de tinkuy o encuentro) sino además es tocar, palpar (tacto y rose físicos). Aún falta profundizar el origen de tupanchiskama si está proviene del español "topar" y es diferente a tupay o tupaq quechuas. Ejm. Uyachaychita tupaykusaq (voy a tocar o acariciar tu carita), también el caso origen de Tupaq Katari y Tupaq Amaru. ¿Las resaltadas Tupaq son acaso de genealogía español "topar"? 

5. Horkheimer, M. (2010). Crítica de la razón instrumental. Barcelona: Editorial Trotta.

6. Quijano, A. (2014). La tensión del pensamiento latinoamericano. Buenos Aires: CLACSO.

7. Foucault, M. (2009). El orden del discurso. Madrid: Tusquets Editores.

8. Wallerstein, E. (2004). Las incertidumbres del saber. Barcelona: Editorial Gedisa.

9. Castro-Gómez, S. (2010). La hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750 - 1816). Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javariana.

10. Lander, E. (2014).  La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales (compilación). Buenos Aires: CLACSO.

Fotografía: Pukllay como encuentro festivo y colectivo / comparsa de carnaval c. c. Colca (Caraybamba - Aymares - Apurímac).

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