RECUERDOS DE MI PADRE

RECUERDOS DEL FUTURO: MI PADRE

De: Manuel Cuipa Chancahuaña
Para: Epifanio Cuipa Atahua


A casi medio año de tu partida, un 8 de abril es tu onomástico. Naciste en las alturas de Aymaraes, Apurímac, en el paraje Puka-corral, cerca al apu nuestro: Surputay, comunidad campesina de Colca, distrito de Caraybamba. Este pequeño es mi recuerdo y semblanza de mi padre.


1.  Sobre la vida y la muerte

Padre querido, muchas veces hemos hablado de la vida y la muerte. Y, me decías: “Cuando los seres humanos se mueren se van a Qorpuna". Ese lugar de la cordillera Andina que queda en el departamento de Arequipa, los nevados Corpuna y Solimana, allí “están construyendo sus casas con bloques de hielo y ladrillos de nieve, pero jamás acaban de terminar porque el sol los derrite antes que concluyan”, “si alguno terminará de construir su casa en Qorpuna y vencer al tiempo, el calor y años luz del sol, podría retornar con vida a su hogar”.  Padre mío, queremos tu retorno a casa, que sólo en mis sueños te encuentro y los recuerdos me embargan sentimientos de nostalgia. Tu concepto de la vida y su opuesto la muerte, que has recibido desde los abuelos, es cosmovisión mítica como "realismo mágico". Porque no se reduce al infierno y purgatorio fatídicos, ni al paraíso y el cielo utópicos. Es concepción o cosmovisión andina, donde el hombre y naturaleza se complementan incluso después de la muerte. Una esa "filosofía" sencilla, menos dramática (tanática) y más resiliente.

2. Caminante "el camino se hace al andar"

Los viajes que has realizado a diferentes pueblitos de nuestro ande comunitario (a comunidades campesinas), a lomo de caballo Zorrito, Nogalcha, Yanagallo y Pukapuncho. Junto con tus machos cargueros (llama urqus), mi primer viaje cuando tenía mis siete añitos: travesía innolvidale. Quería repetir esos viajes contigo, padre. Recordar los caminos, las saywas y apachetas de cada cumbre y abra, al son de las esquilas melódicas del broncilo, chawar, puku-puku, etc. Bajo el liderazgo de las llamas "delanteros": Largavista, Liwli, Llawlli, Sirp’i... Rumbo a Cotahuasi, Mungui, Huarcaya, Pampamarca, Huarhua, Belenca. (comunidades quechuas de Arequipa); a Huancaray, Pocohuanca, Yanaca, Chalhuanca, Mollebamba, Calcauso, Colca, Caraybamba... (comunidades quechuas de Apurímac). Y, a San Javier de Alpabamba, Huallhua, Rebacayco, Pucará, Anizo, Huanacmarca. (comunidades quechuas de Ayacucho). Arriero andino fuiste, gracias por llevarme a esos pueblos. Recuerdo sus culturas diversas y gentes dignas. Gracias, para mi cabeza fue inmensa información y para mi corazón de cerquita valoración.


3. Conceptos del amor

Te casaste con mi madre: tu "mamikucha" o "wachakucha" porque nos dió a luz a siete hijos como a "chiwchis", pero felices. Verlos juntos felices, fue mi mayor satisfacción, pero nunca me ha gustado verlos en discusión y menos en pelea, solo eso fue mi trauma para sufrir de niño: "solo quería que se amen mi padre y madre, que arreglen sus conflictos, pero nunca se separen, ...nunca". Los niños no entendemos cosas de mayores, pero tenemos claridad de nuestro mundo afectivo. Ustedes, a pesar de toda dificultad, nunca se han separado, "solo la muerte los separó". Valoro mucho esa coherencia de amor hasta el final. No les juzgo nada padres mios, y si hubiera errores, entonces recordando vuestras mismas palabras: "Hijos, no repitan los errores del pasado, de nosotros". Es el mejor consejo que nos queda. Aunque completaría: "pero todas la cosas buenas  y valiosas si esperamos repetir y aprender de ustedes". 
    "Papá, cómo, cuándo y dónde has conocido a mi madre", fue el tema muy repetido y favorito de nuestra conversación. Tu encuentro de amor con mamá fue bajo el sistema del "tapuchikuy" y "chawamanta" el casamiento andino, colectivo y familiar más dificil, pero que quizás valía la pena por el respeto entre familias contraídas, y a la luz de los años venideros no se acababa en meros trámites de divorcio modernos o citadinos, veamos por qué. 

    Tapuchikuy consiste cuando la familia del varón va a pedir la mano de la mujer y a su familia (a sus padres) y el  Chawamanta consiste en que ninguno se conocen previamente (varón y mujer no se conocen hasta ese entonces). La mediación será con un padrino y una madrina, a cargo de la familia del varón. Muchas veces se cree que se obligaba a la mujer o al varón su casamiento, no es del todo cierto eso y no fue así. En el caso de solo "tapuchikuy" es más usual y "fácil", mientras más el "chawamanta" es más complicado, pero no imposible. El amor perdura es la que costó más esfuerzo, no lo que llega fácil y se termina fácil. El "tapuchikuy chawamanta" consiste en que la chica diga el "sí" acepto (arí), también lo tiene que decir el "sí" (arí) sus padres; si en uno de ellos hay negativa no se lleva el casamiento. Si solo la chica acepta, pero no los padres, no hay matrimonio; si solo los padres aceptan, pero no la chica no hay matrimonio. Este es un consenso de los implicados (novios) y también de sus padres (familares). Es más complicado por eso, pero más interesante en su colectividad y socialidad. Por eso quizas no hemos escuchado en este sistema de matrimonio (antiguo y andino de las comunidades indigenas quechuas) no hemos visto los feminicidios de los abuelos y abuelas, ni tampoco madres solteras y abandonadas por doquier; ni las convivencias eternas sin llegar al matrimonio, ni los divorcios insalvables, o las "sacadas de vuelta" y "sacadas de cacho" como una contingencia de los matrimonios infelices y parejas ocasionales en profunda desconfianza, vigilancia y defensiva narcisista.
En el matrimonio del sistema tapuchikuy  y chawamanta era un casamiento no solo de la mujer con el hombre (casamiento de individuos), sino una especie de casamiento de la familia del hombre con la familia de la mujer (casamiento colectivo), porque aquí está en juego, la buena complicidad de las mismas familias de ambos bandos, la relación colectiva de amor (no de odio) en juego de los Capuletos y Monstescos (andinos). Porque antes del "primer beso" los novios se pasará por diversas ceremonias de orientación, crítica, advertencias y compromismos y juramente, una especie de tamisaje y filtro colectivo para que quede en constancia bajo atestiguamiento de una colectividad familiar. 
Mientras en la cultura Occidental si el hombre nunca le propone matrimonio no se sabe hasta cuando será simplemente conviviente, quizás hasta que venga "otra mejor", o se casan por inicitiva (implicita) de las mujeres o la mujer se va con "otro mejor" de tanto esperar. Y así pasan años y décadas como convivientes y solteros en DNI. Esas complicaciones de falta de compromiso no existe en el "tapuchikuy chawamanta". Asi fue el amor  o matrimonio de mi padres. Primero casarse en matrimonio comunitario-familiar, luego el matrimonio civil y religioso son vienen por añadidura. 


    El "samaykanakuy" este ya se constituye dentro la vivencia del matrimonio, es un término que utiliza mi madre (un concepto recogido de mi abuelo materno). Samaykanakuy consiste en la siguiente operación práctica de una pareja: la mujere construye al varón y el varón construye a la mujer, desde luego sin proponérselo cada uno. Es que simplemente se da así y los resultados lo vemos en los años posteriores.
   Cuando mamá me contaba sobre mi padre: «que en tus primeros años no eras como ahora eres». Es el abuelo Valentín, tu padre político (suegro), él a través de mi madre, te influyó decididamente. Valentín era una persona que en quechua se conoce como allin runa, ser así implica tener solvencia en varios campos: solvencia ética: "nunca robarse ni un botón ni una aguja ni de tu propia abuela, ser honrados siempre", "decir la verdad, siempre la verdad aunque sea para morir o para vivir". Solvencia económica: "es con el trabajo duro, constante y perseverado que todo se consige", "el esfuerzo desde tempranas horas (madrugadas) para los quehaceres". Solvencia racional (sabiduría allin-runa): "saber comunicarse con la verdad, con la empatía y con la práctica, "hechos más palabras, palabras más hechos". Entonces como yerno has aprendido de tu suegro Valentín, y de mi madre querida. Mamá te cambió a ti y también ella se quedó con lo tuyo: Eso es "kuskamanta samaykanakuy": el varón aprende de la mujer y la mujer aprende del varón.


4. Nociones de la vida en vicisitudes

Gracias padre, porque desde tu niñez huérfano, sorteaste mil vicisitudes, te chocó para siempre la muerte de mi abuelita Comila y otras dificultades de la vida; aun así, fuiste un padre que no le faltó un grano y un q'apatu (sencillo) para la casa. Llorabas de mamá Comila y tu abuelo Manuco, quien te direccionó a lo que pudo la vida. “Yo estoy aquí gracias a mi abuelo Manuel, y por eso te he puesto ese nombre, hijo" me decías desde niño. Yo “agarro valor” en mis hijos, repetías. Fuerza, valor y coraje, tus palabras favoritas y alentadoras a tus hijos. Aún recuerdo tus palabras para venirme a la capital: "Yo junto con tu mamá, estar aquí, bien fuerte y valiente hasta tu retorno". Desde que te fuiste ya volví muchas veces y no te encuentro viejo lindo. No hallo ese optimismo contagiante.

   Gracias, padre de hablabarme de grandes hombres peruanos: eso es un "poeta", aquello es un "héroe" y un "líber" (solías decir, en vez de líder). Así tienes que ser. Aunque a mí la idea no me gustaba ni pretendo serlo ningún poeta, heroe ni lider, pero no te defraudaré ser un buen ser humano y simplemente asumiré esa máxima quechua que me enseñaron: "imaña hayk´aña kaspapas allin-ruan kakuna; doctorña, abogaduña, civilña, imaña kaspapas allin-runa kana", cualquiera sea el caso, siempre ser gente de bien y del bien, procuraré eso para que siempre estés orgulloso de mi. 

    Gracias, papá, por tus halagos y referencias en mi primera edad escolar. Nunca olvido, cuando llorabas junto a mamá con mis diplomitas escolares: "Hijo de un borracho y de una punatica es primer puesto cada año donde sea y con quién sea". Eso era cierto, soy hijo de una "punatica" digna y sabia mujer, hijo de un padre que el trago amargo de la vida quiso opromir en sus penas. Si algo aprendí para la vida (y para sacar diplomitas) es de ustedes, de sus adversidades que nos tocó vivir y de sus orientaciones matutinas. La adeversidad (y no la facilidad) es la partera de la genialidad humana, quizás. 

    Gracias también, por tus chanzas que tú mismo te reías de tus bromas y ocurrencias. Un día cualquiera entre amigos y compadres, te autodenominaste Roncalla, más que nombre despectivo como inspiración de un líder comunero de los pueblos de Coronel Castañeda (Parinacochas, Ayacucho) en los años '60, '70.  Pero la ignorancia de tus detractores creía que era un adjetivo y insulto. Solías asentir con silencio insolente y orgullo: «Hagamos creer que es insulto, pero éstos tontos no saben dónde están parados». Fuiste orgulloso e irreverente en algunos casos.  Y cuánto admiré tu memoria e inteligencia, tu razonamiento a los números (solo con primaria), hasta hacer una honda (Waraka) era matemática, memoria lógica para ti. 

     Gracias papá, por enseñarme que a la gente buena hay que saber admirar, valorar y respetar: kukallatapas akurukuna kuska, chiri yakullatapas upyrukuna kuska. Gracias por eso. Y con ejemplo, admirabas a mucha gente, a tus mayores del pueblo. Decías admirar, en el deporte: a don Polinario Mena, Bernardino Ñahuinlla, Santiago Aroni, Abdías Ancco, tus mayores, y otros de tu generación, aun cuando eran los equipos de Cocharcas y Niño Jesús de Colca. En lo comunal-social: a don Asunto Anampa, los hnos. Alejandro y Timoteo Ancco, Santiago Cayllahua,Telésforo Atiquipa, Segundino Condori, Fidel Ñahuinlla. Y muy en especial a don Samuel "Hache" Huamaní. En el campo musical típico: a Baltazar Atiquipa, Gonzalo Aroni, Luis Huamaní, mi abuelo Antonio Cuipa; en el plano religioso: a Manuel Aroni, Cornelio Cuchillo, Damián Aroni, José Atiquipa. Y así, otras personas que no recuerdo ahora. Esa humildad de reconocer más allá de todo, me enseñaste. Cada uno se gana su diploma decias referiéndote a los arriba mencionados. Casi uno nunca es igual al hijo, hermano y padre; o bien es peor, o es mejor, pero igual no somos" decías. Y rematabas: "por eso ustedes hijos tienen que ser mejor que yo, si yo soy peor en algo, no repetir ustedes, es el secreto". Gracias padre por esas sabidurías espontáneas.


5. Identidad cultural, política y otros

Gracias por escuchar y bailar los huaynos, wakatakis, carnavales y todo los uywa taki. En mi ignorancia  adolescente, quizás les reproché sus lindos huaynos. Ahora soy ferviente hechura de esos huaynos, takis y de toda expresión en runasimi: Rit'i k'ucho maqt'a (carnaval), Vamos wawqicha (canto llamero), Caballo bayucha (kawallo taki) y Lomas phuyucha (waka taki) de tu autoría espontáneo, espero pulir más sus letras y en tu memoria seguir cantando, bailado, llorando, recordando nuestras vivencias y realidades.  

   Gracias papá, por esas preguntas incómodas, cuestionadoras y otras conversaciones amenas que me brindaste. Me podías discutirme de todo, como decías para "descubrir". Sobre la política, religión, amor, fútbol, comunidad, etc. Me sorprendías como un padre de las alturas de Llancaymarca, cómo sabías algo básico de la realidad nacional. Ahí estaba entonces el menú de radio emisoras que te informabas, desde Lima para ti eran para todo chawa-chawa llullakuna o wañu-wañu contra el poder  –como solías describir a las radios de la capital por no ser críticos con los "suwas", rateros políticos y poderosos. Mientras las emisoras sureñas de Cusco y Arequipa (tus favoritas) eran más objetivos y creíbles: yaqachataraq willarikamunku, qari-qari llaqtaparimayninta, suwakunatapas q´ala uyanpi ninku –decías–. Así entendías a tu manera el centralismo mediático (emisoras de Lima) y su complicidad con la corrupción y el poder, miestras la emisoras de Cusco y Arequipa informaban con la verdad. Alli la rebeldía de un hombre informado aunque esté en su cabaña a 3,500 msnm. Y también estabas atento sobre de la selección peruana de fútbol, un ferviente hincha de la bicolor fuiste, que sólo faltó flamear la bandera nacional de partido en la cima de Qori Cabildo Pata.

   Gracias por contarme con memoria lúcida y ojo crítico sobre dos de tus experiencias del Perú: las reformas del gobierno de Juan Velasco Alvarado, sobre la Reforma Agraria "el único gobierno bueno" decías; tambien por contarme sobre la violencia de los años 80 y 90, donde perdiste a tio "Facu", tu unico hermano que se quedó en Pukacorral y Llancaymarca, pero lo perdiste muy joven en esta asonada del movimiento de la guerra interna que nos enlutó a la familia. Reforma Agraria y el movimiento de Sendero son dos acontecimientos que remecieron hasta en las punas más inhóspitas y a las gentes más humildes del Perú profundo.

   Gracias por tu sinceridad de reconocer con dignidad y transparencia la vida que les tocó vivir junto a mamá: “Arí, kuka akusqayqa yachasqam, tragutumasqayqa yachasqan, pero manan layqachu kani, man suwachu kani, manan llunk'uchu kani” (Sí, lo que chaqcho mi coca, bebo mi caña es cosa pública y sabida, pero no soy brujo, ladrón ni soy sobón de nadie). Esto en respuesta, a gente de falsa moralina y a los "tinterillos rateros" del pueblo, a los "serviles y sobones" –como solías decir–. también a las gentes que aparentan ser "buenos", pero que practican maldades, alimañas y "brujerías". Todo ese adefesio mágico tanático, que quizás, a la gente que cree les funcione o les sirva, pero eso mismo los pasará factura a aquellos seres de la oscuridad, decías: "que esa gente va pagar todo el daño que nos hicieron", en tu memoria, dolor y honor, yo te creo padre con toda la fe posible. Solo en tu memoria padre y con el ejemplo de mi madre, todos tus hijos queremos hacer el Bien, trabajar más, estudiar más y estar con la Verdad. Desde la tierra aquí nosotros y desde arriba con tu bendición, querido padre.  


 6. Conclusión 


Te escribo también, para hallar alguna respuesta, ya que no estás junto con nosotros, ¿dónde estás papá? Acaso, ¿junto a mis recordados tíos Javier y Facundino Cuipa Atahua, ¿mi tía Valentina Calla Atahua y el tío Andrés Condori Huamani? ¿Estás junto al querido bisabuelo Manuel Cuipa Panuira, junto a mi abuelo Antonio Cuipa Ancco y el papá Valentín Chancahuaña Álvarez? ¿Ya te encontraste con mis queridas abuelitas: mi mamá grande Justina Torres Arista y mamita Gumercinda Atahua Quispe? ¿Dónde estás padre querido?   

Te escribo con lágrimas en los ojos. Hoy recuerdo que fui el hijo más querido, y nunca más hallaré ese cariño y aliento tuyo padre. Yo igual te quise, te admiré desde lo profundo de mi ser. Y te llevaré como inspiración constante en mi camino. ¿Y sabes por qué papá? Porque soy alguien que quiso (y aún quiere) un mundo mejor y justo para todos. Ése alguien cuando pierde un ser querido, no sabes el dolor que se siente es indescriptible. Hoy con tu ausencia, estamos aquí con nuestro “Wiqi ñawintin, yawar sunquntin, wawaykikuna”.

     Te escribo estas líneas, aunque la gente me juzguen: "para que sirve ya todo eso, si uno ya está muerto, en vida era la cosa". Entiendo, que tienen media razón, pero no razón completa. Porque, antes de perder a un ser querido, nadie puede conocer el dolor concreto de esa pérdida. Porque la vida, es quizás, un permanente camino de entre "ensayo - error - acierto". Eso es la lección de tu perdida padre mio.

 Y seguramente muchas veces los hijos a nuestros padres o a cualquiera de nuestros seres queridos reprochamos, cuestionamos, sin entender el contexto y adversidades que les tocó vivir. Señalamos más sus defectos y poco o nada sus virtudes. Si alguna vez padre hice eso contigo, ¡perdóname! Ahora que ya no estás, no sólo me haces inmensa falta sino, así con tus errores y aciertos, fuiste y serás el mejor padre del mundo: de mi mundo. Mi gratitud es grande. La experiencia de pérdida existencial sólo conocemos cuando acabamos de perder, es que la vida padre mio, no venía con recetas, simulacros ni prevenciones anticipadas. Tu partida fue inesperada, de un día para otro, sin dejarme un encargo, una carta ni un adiós.  

    Por todo y mucho más papá Epifanio Dionicio Cuipa muchas gracias. Tus hijos te llevamos en la memoria y corazón. Aquí en la tierra te concebí desde que tengo uso de razón siempre junto a mi madre, siempre juntos en nuestro paraje Pucacorral, Llancaymarca. Allí radican los mejores recuerdos que me quedan. Allí donde había lucidez, donde tenía sentido la vida en vuestra frase: “Así es cuando uno se casa y tiene hijos. Chiripipas wayrapipas kuska, sunqulla tupastinqa, wiñaypaq. Aguardo en mi pecho esas lecciones y todos los buenos ejemplos de amor y familia. 
Estas líneas por ahora solo como un prólogo en tu memoria, porque el libro completo esperamos seguir escribiendo y caminando. Un fuerte abrazo hasta el cielo padre, todos los 8 de abril: !un feliz cumpleaños, papá!

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Escrito:  Lima,  08 - 04 - 2019

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